Foto: Yolanda Bilbao

jueves, 15 de enero de 2009

OTEIZA: MEMORIA Y APROPIACIONES

Añadir leyenda Dos de las obras presentes en la muestra, ambas de Javier Hernández Landazabal. De izquierda a derecha: “CAJA METALINGÜÍSTICA” ( Óleo/Lino. 73x54 cm.), 1994, y “GEOMETRÍA BARROCA” (Óleo/Lino. 61x54cm.), 1996.
Javier Hernández Landazabal (sin pixelar), con algunos de los artistas presentes en la Exposición. De izquierda a derecha: Iñaki Olazabal, , Javier Balda, Aitor Etxebarria, Fernando Golvano (comisario), (?), Luis Emaldi y Jose Ramón Anda.
 

La exposición ‘Oteiza: memoria y apropiaciones’ reúne a veinticuatro artistas de generaciones y poéticas diferentes que, en algún momento de su trayectoria, han dialogado o establecido algún nexo con las obras y propuestas de Oteiza. Los participantes y la descripción de sus obras han sido presentados esta mañana en rueda de prensa por la concejala delegada de Cultura, Paz Prieto y por el comisario de la exposición, Fernando Golvano. En el acto también ha estado presente Susana García Romanos, quien ha presentado su obra 'Ropa tendida', que también estará expuesta en la Ciudadela. ‘Oteiza: memoria y apropiaciones’, que podrá verse en el Pabellón de Mixtos hasta el próximo 8 de diciembre, incluye 3 obras de la colección de arte contemporáneo del Ayuntamiento pertenecientes a Félix Ortega, Pello Irazu y Javier Muro.Ambas exposiciones han sido organizadas por el Ayuntamiento de Pamplona. El homenaje a Oteiza ha sido llevado a cabo dentro de las actividades preparadas por el Consistorio en colaboración con la Fundación Museo Jorge Oteiza para conmemorar el centenario del nacimiento de Jorge Oteiza, que tuvo lugar el pasado 21 de octubre. Entre las acciones previstas había dos exposiciones: ‘Oteiza a Escala. Escultura Pública en Pamplona’, ya clausurada, con maquetas y piezas pequeñas que sirvieron de base para las esculturas de Oteiza instaladas en distintos espacios públicos de Pamplona; y otra segunda, la presentada hoy, que es una muestra colectiva de distintos artistas.Alrededor de ‘Oteiza: memoria y apropiaciones’ se celebrará un ciclo de conferencias en el que participará el comisario, Fernando Golvano y Francisco Javier Biurrun. Tendrán lugar los días 18 y 19 de noviembre en la misma sala del pabellón de mixtos a las 19.30. El ciclo lo cerrará Simón Marchan el día 27.El Pabellón de Mixtos también acogerá dos proyecciones de vídeo. Luis Emaldi realizó ‘Oteiza’s’ (1991) en formato u-matic con el propósito de vincular a Oteiza con el cine experimental y con las primeras vanguardias. Fernando Golvano, presenta el vídeo ‘Laberinto Oteiza’ (2008), producido por el KM Kulturunea, y en el que está archivado un diálogo, apenas esbozado, entre artistas de diferentes generaciones sobre el legado y la actualidad del escultor. Más allá de OteizaDe acuerdo con el comisario de la exposición, esta muestra ha seleccionado a artistas que no ven en el proyecto de Oteiza un modelo a imitar sino un germen crítico para seguir pensando y activando su propia imaginación creadora en diálogo con otros artistas y con otras poéticas. No se trata de un encuentro de ‘oteizianos’, sino que son miradas heterogéneas con tintes afectivos, empáticos o críticos. Son obras en algunos casos con una inquietud similar o que participan de una tradición abierta a la innovación vanguardista y a la cultura popular; otras han nacido en un propósito experimental que no cesa nunca y que hace de la creación artística un juego de variaciones y repeticiones, de citas y relaciones intertextuales. En la exposición podemos contemplar obras de algunos coetáneos de Oteiza y otros que desarrollaron su trabajo a partir de los años 60 y 70 como son Néstor Basterretxea, Remigio Mendiburu, Ricardo Ugarte, Faustino Aizkorbe, Ángel Garraza y José Ramón Anda, con una de sus obras destacadas ‘Oteizarekin elkarrizketa’ (1978). Además encontraremos artistas que emergieron a finales de los setenta y ochenta, y en los que la referencia de Oteiza ya no es tan poderosa, sino que beben también de otras vanguardias históricas así como en otras rupturas artísticas de aquellos años (conceptual, minimalismo, arte pop, apropiacionismo…). De esta corriente están presentes Xabier Laka, con la obra ‘Kikildua’ del año 1978, Iñaki Olazabal, con la obra ‘S/T’ (1988), Javier Muro con ‘Fuga’ (1995), y Eugenio Ortiz con ‘Pastoralak’ (2008).El tercer grupo de artistas presentes en la exposición son los surgidos alrededor de la Facultad de Bellas Artes y de una nueva experiencia de la escena internacional con las tendencias neovanguardistas. Como muestra en el Pabellón de Mixtos se podrán ver obras de Txomin Badiola,’ Una elección’ (2007) o ‘S/T’ (1988), Ángel Bados, Pello Irazu, ‘Number Nine’ (1995), Juan Luis Moraza, María Luisa Fernández, Elena Mendizábal, ‘Sin título’ (1983), Darío Urzay, Javier Hernández-Landazabal, ‘Caja metalingüística’ (1994), ‘Geometría barroca’ (1996), Jesús Mari Lazkano, ‘El ocaso de los dioses II’ (2004), Aitor Etxeberria, ‘Frontoia I y II’ (2008) y Félix Ortega, ‘25 figuras irregulares’.Por último, artistas emergentes de los noventa han venido desarrollando esa poética apropiacionista de Oteiza en un juego más ecléctico y paródico, así podremos ver a: José Ramón Amondarain con su obra’ Punto ciego’ (2007), Manu Muniategiandikoetxea con ‘Caja IZ negra I y II’, Iñaki Ria, ‘Habitación metafísica 1 y 2’ (1999-2008) e Ibon Aranberri, ‘Puente internacional’ (2003).‘Ropa sucia’ de Susana García RomanosSiguiendo con el mundo de las esculturas, la navarra Susana García Ramos presentará su obra ‘Ropa Sucia’ en el Polvorín de la Ciudadela hasta el 7 de diciembre. Esta muestra recoge esculturas de cosas cotidianas como ropa, platos, objetos diversos o fotografías. A ellas se une una instalación acústica. Con todo ello, la artista pretende formar una atmósfera en la que el espectador se vea envuelto por una composición musical que le lleve a un espacio en el que las cosas cotidianas que normalmente le rodean le invadan en un contexto diferente.Susana García Romanos (Castejón, 1972) está actualmente realizando estudios de doctorado en la Facultad de Bellas Artes de Cuenca de la Universidad de Castilla-La Mancha. Investiga sobre las nuevas prácticas culturales y artísticas. Está licenciada en Bellas Artes por la Universidad Politécnica de Valencia, es magister en Gestión del Patrimonio Cultural por la Universidad de Zaragoza y diplomada en composición con medios electroacústicos por el Conservatorio Superior de Música de Valencia. García Romanos ha presentado este año ‘I feed, I back Puentes Sonoros-Catenarias Digitales’ en el VII Festival Internacional de la Imagen de Manizales (Colombia) y ‘Missed song’ en el Festival de Arte Sonoro Zeppelin en el Centro de Cultura Contemporánea de Barcelona Anteriormente ha tenido sus trabajos en http://anechoicroom.com y en Bellamail. Otras obras suyas son '275 pesetas para dos cafés con leche', una intervención-instalación acústica que pudo verse en el Círculo de Bellas Artes de Madrid, 'Futurisme was now', exposición-happening que estuvo presente en Rotterdam. '( )', perfomance-instalación acústica, en Dalfsen (Países Bajos) o 'Harpocratie', obra acústica presentada en Bourges (Francia).‘OTEIZA: MEMORIA Y APROPIACIONES’ (TEXTOS DE FERNANDO GOLVANO)
Néstor Basterretxea: proyectó en 1956 con el propio Oteiza y el arquitecto Luis Vallet la casa-taller junto a la frontera en Irún. Se inició así una cooperación creativa que se prolongaría en otros proyectos. De esa convivencia y de una amistad profunda quedan otras huellas, pero no tanto en el ámbito formal de su escultura, que tiene un desarrollo propio y diferenciado, sino en su propósito de dar forma contemporánea a una memoria ancestral y a un universo mítico y simbólico. La serie ‘Cosmogónica vasca’ (1972-77) recogería esa huella.
Remigio Mendiburu: también en este autor el ascendiente oteiziano se refiere a la puesta en cultura contemporánea de una memoria de futuro partiendo de un universo simbólico popular fraterno con la naturaleza. Oteiza lo consideraba como el escultor más arraigado con la identidad vasca y desde una abstracción de signo informalista desarrolló una investigación escultórica que se decantó en misteriosos ensamblajes escultóricos.
• Ricardo Ugarte: es el que ha permanecido más vinculado a un ideal escultórico de la escuela vasca de tradición abstracta y geométrica. Probablemente su impronta más oteiziana se reconozca en la apertura de los volúmenes y en su conjunción hacia el espacio pero sin las adherencias metafísicas de su mentor.
• Faustino Aizkorbe: también participa de esa tradición formalista en la escultura que talla y ensambla, principalmente en madera, y con una voluntad alegórica de ascendiente romántico.
• Ángel Garraza: su escultura se inscribe también en la herencia abstracta del racionalismo geométrico y su obra ‘S/T’ (1975) enuncia esa mirada desde el hueco o el vacío receptivo a la memoria de Oteiza.
• José Ramón Anda: en su indagación escultórica, que ha imbricado una poética racionalista y otra informalista, ha tramado muchos diálogos y afectos con su amigo, y en ‘Oteizarekin elkarrizketa’ (1978) lo recuerda mediante un juego formal donde resuena una desocupación y dislocación de un cubo-macla.
• Xabier Laka: tuvo su momento más ‘oteiziano’ cuando participó en el Taller de Aia (1977-1986), periodo de iniciación al que pertenece ‘Kikildua’ (1978), y cuya herencia formal remite de modo rotundo a la obra de Oteiza,’ Madre con el hijo en brazos’, instalada en la capilla de Buitrago. Laka derivó posteriormente hacia una práctica artística más interesada en la producción objetual y conceptual, alejada de ese modelo inicial.
• Iñaki Olazabal se acerca al imaginario de Oteiza mediado por el magisterio de Laka en sus inicios y con una sensibilidad neoobjetual. En su pieza ‘S/T’ (1988) parece reinterpretar una apertura a un espacio en el que habitar precariamente.
• Javier Muro: aprecia jugar con las posibilidades alegóricas e irónicas de la práctica escultórica, metáforas objetuales de un mundo dislocado, como en esta pieza, ‘Fuga’ (1995) en la que también parece citarse una memoria de la desocupación de la esfera.
• Eugenio Ortiz: expone ‘Pastoralak’ (2008), una instalación en la que la acción diferida sobre Oteiza (se apropia de su dibujo ‘Circulación orbital en la esfera’) se expande a otras referencias (Mallarmé, Hölderlin, Pubis de Chavannes), para provocar una memoria mestiza y que conspira secreta y lentamente.
• Txomin Badiola: presenta ahora ‘Una elección’ (2007), en la que una imagen de Oteiza junto a un cartel de aquella significativa muestra (‘Mitos y delitos’), va acompañada de una frase que relativiza la universalidad de los valores. Imagen palimpsesto o dialéctica, este fragmento de su políptico ‘Passagen-W’ diríase que deviene fantasmal en la memoria de sus herencias revisitadas. Pero el impacto de Oteiza se infiere más allá de las cuestiones formales, late de manera diferida y permanente en tantos afectos y paradojas que litigan en la imaginación creadora.
• Ángel Bados: con S/T (1988) acoge una memoria patinada de destellos y arrebatos provocados por Oteiza, por el enigma de su ecuación estética cuya latencia deja un residuo insatisfecho y melancólico. Tiene algo de semblante de lo real y de piel afectiva para una recepción reminiscente de una estructura del vacío y del sentido otro.
• Pello Irazu: la memoria de ese artista se ha manifestado más veladamente y en diálogo con otras referencias como la nueva generación de la escultura británica de los setenta, el posminimalismo y la tradición constructivista. Number Nine (1995) dramatiza una tensión inestable entre la estructura y la forma, asociándolo a una simiosis abierta y a un nuevo orden constructivo.
• Juan Luis Moraza y María Luisa Fernández, participaron en ‘Mitos y delitos’, y antes compartieron autoría en el colectivo CVA (1980-1984). Frente a hegemónica tradición de la pintura, su respuesta fue deconstruirla irónicamente y mediante la apropiación de su elemento más banal, el marco, prolongaron una indagación de la escultura devenida instalación de juegos conceptuales e intertextuales. Oteiza y otros mitos de la vanguardia son rememorados desde una deriva minimal y conceptual.
• Elena Mendizábal: muestra una caja metafísica con asa, ‘Sin título’ (1983), donde recrea una memoria disidente del ascendiente oteiziano. Una poética de la apropiación objetual y de la simulación venía así a cuestionar las relaciones entre la producción y la recepción en el ámbito escultórico, retomando la herencia del ready-made duchampiano.
• Dario Urzay: en ‘Las autoridades de mi aldea’ (1982) establece una analogía entre signos de identidad y de autoridad: por un lado, las huellas de los concejales de Vitoria (fijadas en la superficie del cuadro), y, por otro lado, está la recreación pictórica de una caja metafísica. Dispone entonces, una ironía cáustica (otro gesto emparentado con Oteiza) en una deriva conceptual de la pintura realista.
• Javier Hernández Landazabal: despliega desde la pintura hiperrealista esa intertextualidad posmoderna que desdobla sentidos y juega a la simulación paródica. ‘Caja metalingüístic’ (1994), ‘Geometría barroca’ (1996) y otras obras enuncian esa estrategia.
• Jesús Mari Lazkano: rememora a Oteiza y a Mies van der Rohe en ‘El ocaso de los dioses II’ (2004) con afecto y melancolía. En un contexto donde el proyecto moderno se ha desvanecido pareciera quedar la cita como memoria y deseo recreante.
• Aitor Etxeberria: ‘Frontoia I’ y ‘II’ (2008) acogen una reminiscencia fraterna tanto del imaginario del frontón, tan apreciado por Oteiza como de formas que recuerdan a las unidades malevicht.
• Félix Ortega: parece componer un breve inventario de estas unidades en su lienzo ‘25 figuras irregulares’. Se inició en la tradición geométrica a través del magisterio de Oteiza durante cinco años, y éste en los dos primeros le mantuvo leyendo, sin pintar, ‘para una vuelta a empezar’
• José Ramón Amondarain: participa de esa tendencia y su instalación ‘Punto ciego’ (2007) sería un ejemplo cabal de la misma. • Manu Muniategiandikoetxea: condensa una memoria de Oteiza y las vanguardias constructivistas en una indagación de diferencia y repetición. En ‘Caja IZ negra I’ y ‘II’, producidas recientemente, retoma la herencia formal de sus artistas favoritos.
• Iñaki Ria: su acción apropiacionista como se reconoce en su ‘Habitación metafísica 1’ y ‘2’ (1999-2008) se decanta en un juego paródico y neokitsch.
• Ibon Aranberri: en ‘Puente internacional’ (2003) recupera una memoria del monolítico que Oteiza colocara en la frontera de Irún. Objeto de repetidas agresiones, esa piedra que fotografía y presenta en forma de cartel impreso (activando de este modo una cultura del agit-prop) refiere la dimensión política que no puede ser eludida en las prácticas artísticas contemporáneas.


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